lunes, 26 de octubre de 2009

DAMA

Una dama larga, santa y puerca, ánima del purgatorio, pasea, come su propia diadema vomita y se regodea. Envidia el hambre que siente el perro al borde de la inanición viendo a su amo tragar la carne jugosa, anhela el fuego que siente el peón sobre su espalda herida hervida al sol. La dama lleva en su visión imágenes recogidas con cámara oscura. Joven noble blanca y lujosa jura mataría por pasión, pero no moriría por cobarde, entre sus piernas vacío, cigarro mata-tiempo, teína para el alma, alma no hay, no hay cura para nada. Su cuerpo de cristal nadie ha roto, si cae es sobre orquídeas suaves y lilas, lila sucio, nácar muerte y bosteza con su boca simétrica que no tiene expresión. No amanece ni anochece, no hay calor ni hiela la piel, su pelo tieso y fino recorre las vértebras de su espalda a medio cubrir, como quiere ser pertrechada, pero nada hará para provocar, porque es santa, es fiel. Desde su silla custodiada por guardianes de carbón ve a La Madre, la madre y sus niños, tiene la tez opaca gris, parece que sus pies pequeños y cansados no aguantarán el peso de los tobillos hinchados, los niños alzados y sus tetas exprimidas se posan tristes sobre el vientre harto de procrearle anida por octava vez. Paloma blanca reniega de su panza plana, sus pechos erguidos y sus pies vestidos matiz plata. La madre no llora, no ríe, no juega, no canta, está seca, fue joven pero nunca dama, fue pura y su pureza fue ofrenda poco agraciada.

Genérico.

Cuanto más grande se hace uno menos sensaciones hay para experimentar, se van yendo como se evaporan las gotas de agua al calor del sol, y se acaban despacio, se pierden en el aire. Me da vértigo quedar pronto seco, que se vaya todo el agua y quede temprano como pasa de uva. Recuerdo una noche de media estación, con el pelo suelto y las suelas sucias, recuerdo mi reflejo en el agua, y dejar de creer en lo concreto. Cuando tuve frío, cuando sentí miedo. Besé al amanecer en mi ventana que apunta al oeste.
Un día saboreé las raíces del pasto, lamí tu nombre, le di forma a mis manos. Fue desesperante la tarde en que te fuiste, cuanto anhelo tu sombra, de eso nunca dije nada, pero cuanta falta me hace tu sombra más larga que la mía, tan imponente, tan oscura, siempre tan misteriosa, no se puede abrazar a la sombra, menos tal vez a la ausencia de ella. Recuerdo odiarte. Recuerdo odiarte. Quise odiarte. Pude amarte. Y ahora que es tan claro no hay rito que te haga volver. Mirarte a los ojos, bañarme en tu barro, aullar con los lobos, que suave la carne, que rica la sangre, salvajismo a la luna, salvajismo a tu cuerpo, frenesí con los tiesos. Afilaré mis colmillos, pero dejaré la carne.
Inhalo a tiempo, exhalo tranquila, se acaban de noche, cuanto miedo le tengo al día, se acaban, se pierden, se van, se fueron. Qué alivio, llegó el rocío.

lunes, 28 de septiembre de 2009


viaje.

Era otro colectivo más de lunes a la noche, no era invierno, pero helaba, podía hacer dibujos con los dedos y borrarlos con los puños. Había luna creciente y algo distinto en el aire, jamás podré decir qué. Fue de modo natural, inhalando y exhalando, inhalando suave exhalando despacio me olvidé dónde estaba, mi sexto sentido, mi séptimo, mi octavo y mis pies se entregaron. Lo que vino después no fueron revelaciones, fue el balance perfecto, entre el pasado y el porvenir. No hubo miedo. Lo concreto me abandonó, y fui libre.
Un pájaro en la jaula, en la primavera, sabe muy bien que hay algo para lo cual serviría, siente fuertemente que hay algo que hacer, pero no lo puede hacer. ¿que es? No lo recuerda bien, después tiene ideas vagas y se dice: -Los otros hacen sus nidos y tienen sus hijos y crían la nidada- ; después se golpea el cráneo contra los barrotes de la jaula. La jaula sigue allí y el pájaro vive loco de dolor.-Mira que haragán-, dice un pájaro que pasa, -una especie de rentista-.Sin embargo, el prisionero vive y no muere, nada se muestra exteriormente de lo que ocurre interiormente, se lleva bien, está mas o menos alegre al rayo del sol. Pero viene la temporada de migración. Acceso de melancolía. - Pero - , dicen los niños que lo cuidan en su jaula, -tiene todo lo que le hace falta-.Pero él mira afuera el cielo henchido, cargado de tempestad, y siente la rebelión contra la fatalidad dentro de si. - Estoy preso, estoy preso y no me falta nada, imbéciles. Tengo todo lo que hace falta. ¡Ah, la libertad! ¡Ser un pájaro como los otros pajaros...!-


but down in the underground you'll find someone true
down in the underground a land serene, a crystal moon

martes, 22 de septiembre de 2009